domingo, 17 de agosto de 2014

Cocina del siglo XXI

Vivimos en una sociedad donde se han impuesto una serie de convencionalismos, donde si no los cumples puede parecer que no eres de este mundo.
Esto ha pasado también en el hogar, y más precisamente en la cocina.

La tecnología ha llegado ¡señoras y señores!

Para algunos puede suponer una difícil tarea tener que familiarizarse con tecnicismos y nuevos “cacharros”; para otros, un gozo poder disfrutar descubriendo y aprovechando las ventajas que cada uno de ellos ofrecen.

Pero bueno, es cuestión de acostumbrarse.

A nuestros ancestros les parecerían raras las lavadoras (sí, sé que también a algunos le siguen pareciendo raras a día de hoy), pero tenemos que comprender que conociéndolas nos han otorgado una cantidad de beneficios que es imposible de enumerar en una sola entrada.

Por otro lado, tampoco es bueno depender exclusivamente de estos aparatos.
Quiero decir, tenemos que intentar ser independientes del pasado, pero no dependientes del futuro, y en este caso de la tecnología.

En estos días, son muchos los jóvenes que no se despegan de su teléfono móvil y pasan horas conectados a Internet. ¿Significa que los móviles o la Red sean perjudiciales? No, pero tampoco deben convertirse en un modo de vida.
En esta serie de entradas analizaremos cada revolución tecnológica en el particular ámbito de la cocina y del hogar.

Conoceremos la historia desde los robots aspiradores hasta el robot de cocina, y veremos su estrecha vinculación con otros aparatos también muy conocidos, como los exprimidores o la sandwichera.

En resumen, el “pequeño electrodoméstico” será el protagonista de este blog en las próximas semanas.
Además de analizar en detalle alguno de estos pequeños grandes electrodomésticos, también realizaremos una recomendación de cada modelo o marca, dirigido especialmente al usuario medio. Es decir, aquel usuario perteneciente al 90% de la población.

Por lo que si eres  un usuario frecuente de estos aparatos, o estás interesándote por el mundo de esta tecnología, te sugiero que no pierdas de vista este blog.

¡Adéntrate!

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